viernes, noviembre 14, 2014

Dice Alejandro Sánchez Sarmiento, sobre Bogotá...

Dice Alejandro Sánchez Sarmiento:



"Lo que le pasa a uno con Bogotá es lo que le pasa a uno con el amor...entre más lo queremos más peleamos con él..."

"Reconocer que estamos al borde del colapso no es estar en contra de las bondades infinitas de esta capital...

"En Colombia la auto crítica es peor que la traición a la patria"

Texto:

Nací en Bogotá hace 44 años, viví acá con mis padres hasta los cuatro o cinco años... después estuve en otras ciudades hasta los veinte y desde ese momento hasta hoy he hecho toda mi vida en "La Capital de la República", soy testigo directo y desprevenido de sus cambios, evoluciones, involuciones, transformaciones y demás iones... he librado todas las batallas posibles planteadas por este enigmático monstruo de cemento y piel...y entonces lo que le pasa a uno con Bogotá es lo que le pasa a uno con el amor...entre más lo queremos más peleamos con él...nadie puede negar el caos en el que se encuentra ahora la ciudad... hemos perdido en los últimos diez años todo lo que habíamos ganado en materia de educación, civismo, solidaridad, servicios públicos, transporte, sistema de salud y de basuras, malla vial e infraestructura básica y vital...reconocer que estamos al borde del colapso no es estar en contra de las bondades infinitas de esta capital... reconocer que estamos al borde del colapso es un acto de amor por Bogotá...necesitamos un cambio drástico, profundo y radical para salir de la olla tan honda en la que estamos...si no están de acuerdo con mis palabras sólo tomen los periódicos virtuales e impresos y vean todos los canales de noticias... allí encontraran la radiografía más perfecta sobre lo que nos está ocurriendo: inseguridad en todas las localidades, robos a mano armada, asaltos en los buses, violaciones a niños y niñas menores de edad y mayores también, asesinatos a granel, trancones monumentales en todas las vías principales de la ciudad, en las alternativas y en las calles de barrio...parques sin iluminación llenos de microtráfico, consumo e indigencia... calles y más calles llenas de todo tipo de basuras, policías corruptos, ciudadanos ramplones, intolerantes y casi siempre transgresores hasta de las más mínimas reglas y normas de una sociedad...claro, también está el otro lado de las cosas...exposiciones de arte, festivales de música, danza, teatro, literatura y poesía...pero ya a estas alturas las más altas manifestaciones artísticas del ser humano no alcanzan para frenar este tren vertiginoso de contrariedades que hace mucho pero mucho rato se ha descarrilado... la paradoja es que acá llegan todos los desplazados del país día por día... cuando en realidad somos nosotros mismos los desplazados en una realidad de una pesadilla que entre todos hemos creado...

Segunda parte:

Aunque las segundas partes, por lo general, nunca son muy buenas me he dado cuenta de mi inmenso descuido al enumerar algunos de los males que se ciernen día a día sobre nuestra querida capital: paseo millonario, secuestro express, políticos ladrones operando los carruseles en la contratación de obras públicas; la debacle de transmilenio: por un lado el pésimo servicio con las estaciones principales totalmente colapsadas por la insuficiencia de articulados y por el otro los vándalos que cada dos o tres días bloquean el sistema, destrozan la infraestructura y causan miles de millones de pérdidas diarias, semanales, mensuales y anuales por aquellos que entran sin pagar...; barrios enteros (los de menores estratos, por supuesto) sin servicio de acueducto, electricidad y alcantarillado a los cuales les llega sagradamente la cuenta de cobro mensual por estos servicios...; las filas interminables en las diferentes sedes de la Registraduría Nacional en las cuales se ven niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, hombres y mujeres de todas las clases haciendo esas filas desde las tres o cuatro de la mañana para obtener un turno y diligenciar sus documentos... después de tener que pagar su derecho a los primeros lugares en la fila a los avivatos que explotan las necesidades sociales de cada ciudadano...; la mafia en esquinas y semáforos que le cobran alquiler a los limosneros, vendedores ambulantes, malabaristas y saltimbanquis por el derecho a trabajar en la calle...; el crecimiento desaforado en la construcción de edificios para viviendas y oficinas en todos los sectores de la ciudad la cual se lleva a cabo después de pagar por debajo de la mesa por las licencias que otorgan los curadores urbanos...; el precio desmedido de los parqueaderos públicos que se ajusta a la zona en la que están ubicados y no a lo que indica la ley; en fin, todavía me asalta la sensación de estar dejando por fuera muchos otros males que se ciernen día a día sobre nuestra querida capital...