jueves, marzo 19, 2009

Un Gran Nombramiento

Por César Caballero de Cifras & Conceptos S.A.
Publicado originalmente en Portafolio, La Patria y El Universal.


Un Gran Nombramiento

La junta Directiva del Banco de la República es una de las figuras emblemáticas de la constitución de 1991.Sus cinco miembros constituyen uno de los escenarios de discusión y toma de decisiones en temas de política económica de mayor calidad y prestigio en el país. Desde 1991, diez y siete personas, han sido nominadas para este cargo. Entre ellos sólo una mujer.

Esta columna está dedicada a uno de los últimos nombramientos, el de César Vallejo Mejía. Sin duda un gran acierto del Gobierno Nacional, que no dudo en felicitar. Nacido en Pereira y miembro de una familia conservadora hace parte de ese grupo de economistas con formación de jesuitas que combinan los principios filosóficos y éticos de su pregrado, con el análisis de la racionalidad de los seres humanos. Vallejo hizo la maestría en economía de la Universidad de los Andes y luego realizó estudios adicionales en Alemania. Hace unos años emprendió un nuevo reto académico al inscribirse, de nuevo como estudiante, en un doctorado en educación.

De su vida laboral vale la pena recordar su papel como técnico en la antigua dirección de finanzas públicas del DNP y luego como Viceministro de Hacienda. Hacia el final de la administración Betancur, fue Director del DNP. Desde ese momento, su vida ha estado dedicada a la academia: fue Decano de Economía de la Universidad Javeriana, Director del Centro de Estudios cafeteros, CRECE, en Manizales, y por nueve años, rector de la Universidad Autónoma de Manizales. Convencido como está de la potencialidad de las regiones tomo la decisión de “descentralizarse” en esa grata ciudad desde hace catorce años.

También ha realizado consultoría y mucha. Desde organizamos multilaterales, hasta entidades territoriales. En su Risaralda natal, lideró la construcción de dos planes de desarrollo departamental.

A sus 65 años es un hombre ponderado, maduro, con una forma de analizar los problemas del país que siempre me han generado una inmensa admiración. Su esfuerzo central en un dialogo es saber si estamos o no haciendo las preguntas correctas. Cuando se siente tranquilo con la identificación del tema, escucha las posiciones, las valora, siempre trata de ubicar en cada una de ellas el aporte y nunca lo he visto descalificando los argumentos de nadie, por más irrelevantes o absurdos que puedan parecer. Pero no solo guía las discusiones, siempre lo he visto proponiendo, argumentando y presentando de forma tranquila y transparente su manera de ver el problema y su propuesta para avanzar.

He tenido la fortuna de compartir con él muchos diálogos y me he beneficiado de sus consejos y su guía a lo largo de los últimos 19 años. De esas conversaciones valoro la clara distinción que siempre hace sobre los fines y los medios. Ese es, sin duda, un gran paso para ser consecuente, es decir, actuar en la vida de acuerdo a lo que se piensa y se dice. Vallejo es ante todo un hombre consecuente.