jueves, febrero 03, 2011

No podemos jugar al cangrejo ni al caracol en materia exportadora

El vicepresidente de Desarrollo Económico de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, Diego Rivera Tascón, analiza para la Revista Digital EDUEMPRESAS el entorno de las negociaciones de libre comercio y su incidencia en el sector.



Para el directivo aún hay que superar dificultades internas en áreas administrativas y las pymes tienen limitaciones financieras y de conocimiento que deben tenerse en cuenta antes de asumir el reto exportador. El proceso formal de internacionalización debe estar apoyado en una fuerte articulación público-privada, para llegar a exportaciones competitivas y sostenibles que impliquen oportunidades en ventas con alto nivel de valor agregado. Sólo a partir de una contribución en este sentido se puede alcanzar la meta de consolidar productos de “talla internacional”. Sobre esto, Acopi cumplirá un buen trabajo de acompañamiento. “Las pymes son nuestros hijos pequeños y se tienen que educar. Seguimos con acceso limitado a tecnologías de las comunicaciones, hay que mejorar estrategias de marketing, los instrumentos financieros se están quedando cortos y de lo anterior algunas de nuestras peticiones al nuevo gobierno”.

Rivera añade que “Acopi ha participado como observador en las mesas de negociación internacional. Vemos con preocupación en el TLC con Panamá el resguardo que tienen con la Zona Libre de Colón. Esta opera bajo lineamientos constitucionales y, en caso de una solicitud, no habrá flexibilidad para acordar algo. Para poder modificar los beneficios de la ZLC, es posible que no sea fácil, pues habría que acudir a una reforma constitucional. De Corea nos inquieta su gran industrialización por lo que nos pueden inundar de mercancías, por eso, la urgencia de apalancar y afianzar productos de talla internacional. Pero con los coreanos hay un ambiente bastante amable”.



Sobre la Unión Europea, agrega Rivera Tascón, es evidente el desequilibrio en cárnicos, lácteos y derivados del ganado. Allá tienen restricciones altas en la cadena de producción correspondiente. Por ejemplo, Polonia es un productor característico en este campo. De otro lado, con la UE se puede aprovechar la apertura en manufacturados del azúcar que quedarían en buenas condiciones.

“En general, la política de apertura es necesaria, de tal forma que no podemos jugar al cangrejo o al caracol”.