A Bogotá no se la robaron de noche ni a escondidas. Fue a los ojos de todos que la manguala entre contratistas y la vieja clase política se fue metiendo en los intersticios de la administración. Se robaron los recursos de la infraestructura vial y los hospitales.
Cuando salí de Bogotá, el alcalde Petro llevaba un par de semanas de gobierno y aunque me opuse a su candidatura y a su gobierno, en el fondo deseaba que me hiciera tragar mis palabras y que me sorprendiera. Habría preferido la vergüenza altiva de haberme equivocado que la tristeza certera de ver que otros cuatro años se fueron al garete.
Sí, otros cuatro años que se sumaron a los cuatro del saqueo descarado permitido y auspiciado por los hermanitos Moreno y a los cuatro de la improvisación de Garzón.
http://www.laplazapublica.com/2014/08/llamado-urgente-para-proteger-a-medellin/