En un campamento de las FARC, en las selvas de La Macarena, el Ejército encontró lanzacohetes AT-4.
Los militares colombianos sabían que por el modelo (AT-4) esos artefactos eran fabricados por la empresa Saab Bofors Dynamics de Suecia. Los proyectiles tenían anotados los números de serie. Esa información le fue entregada a la embajada sueca en Bogotá y a las autoridades en Estocolmo. Suecia confirmó entonces que los números de serie de los lanzacohetes encontrados en los campamentos correspondían a un lote que había sido vendido por la firma de ese país al Ejército de Venezuela.