La estructura de los presupuestos de los últimos años muestra que la exigencia de las reformas tributarias ha estado ocasionada, en últimas, por la necesidad de cubrir el creciente servicio de la deuda. El presupuesto de funcionamiento del Gobierno está concentrado en alta proporción, en el gasto militar y las transferencias, que se explican por las partidas presupuestales territoriales, pensiones y universidades. El gasto de inversión, por su parte, es cada vez menor. Además, en el presupuesto de inversión se apropian partidas que nada tienen que ver con inversión propiamente dicha y sí con funcionamiento y deuda. El déficit fiscal es el indicador clásico que mide el desequilibrio de las finanzas públicas. En lo que va corrido desde el año 1999 al 2006 este déficit se incrementó significativamente frente a la década anterior.
¿Hasta donde nos vamos a endeudar?
¿Cuánto más podemos aguantar antes de reventar al Estado?
¿Usted qué piensa?
Y según lo que comprendo, sería utopico pensar en pagar la deuda externa con ese desequilibrio económico en el cual estamos sumidos...
ResponderBorrarel gasto de guerra es lo que autorizaron con el voto por uribe, un pueblo tiene el dirigente por el cual vota.
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