sábado, diciembre 31, 2005
miércoles, diciembre 21, 2005
La grupa de los caballos.
La distancia entre los rieles del ferrocarril en EUA es exactamente de 4 pies con 8.5 pulgadas.
¿Cuál es la razón de una cifra tan extraña?
Pues ni más ni menos que el ferrocarril de EUA fue construido a imagen y semejanza del de Inglaterra por ingenieros Ingleses expatriados que pensaron que sería una buena idea. Esto permitiría igualmente utilizar locomotoras Inglesas.
¿Por qué los Ingleses habían construido así su ferrocarril?
Por que los ingenieros que pusieron en marcha los tranvías en Inglaterra fueron los mismos que luego se ocuparon de diseñar las primeras vías de trenes y dicha distancia era la que entonces imperaba.
¿Por qué imperaba dicha distancia?
Pues porque las personas que construían tranvías eran las mismas que construían carros tirados y por lo tanto utilizaron los mismos métodos y las mismas herramientas.
¿Por qué las ruedas estaban separadas a esta distancia?
Pues porque en todas partes de Europa los caminos ya tenían carriles, adoptar una distancia diferente hubiera provocado la ruptura de los ejes de la carreta. Los carriles databan del tiempo de los Romanos y fueron construidos por ellos para acelerar el despliegue de sus legiones. Los carros Romanos para los que fueron hechas las vías eran tirados por dos caballos que galopaban uno junto al otro y debían estar lo bastante espaciados como para no estorbarse.
He aquí la respuesta a la pregunta inicial:
La distancia entre las vías del ferrocarril de los EUA (4 pies con 8.5 pulgadas) se debe a que 2000 años antes en otro continente, los carros Romanos fueron construidos en función de la dimensión del culo de los caballos utilizados durante la conquista de su imperio[1].
[1] Tomado de Didier Nordon en "EL MALPENSANTE", marzo 16 a Abril 30 del 2001, número 29. Bogotá, Colombia.
viernes, diciembre 16, 2005
Parcial y oblicuamente.
Una de las posibles finalidades de proponer un método de estudio es ofrecer soluciones y nuevas alternativas frente a lo que se está analizando. Por tanto, más que tratar de construir una metodología de estudio, el enfoque analítico propuesto desde la genealogía tiene la tarea indispensable de percibir la singularidad de los sucesos en la red en la que se encuentran imbricados. Es tratar de reencontrar las diferentes escenas y características individuales en las que se han jugado los diferentes papeles.
Una de las propuestas más contundentes a este respecto es la de definir "Pequeñas verdades sin apariencia, establecidas mediante un método riguroso"[2] hecha por Nietzsche.
Para el método como tal, primero es necesaria una identificación del objeto. Identificación que está determinada por la subjetividad del investigador. Desglosar los elementos que componen el tópico es el paso a seguir. Identificando que estos tópicos no han surgido de la nada o de forma espontánea pues tienen un origen. De todo el universo de variables posibles se escoge una o un grupo de ellas para tomar estas como punto relevante. Pues debido a la infinidad de variables sería infructífero intentar abarcarlas todas. Se desechan las que se consideran irrelevantes. Uno de los principales problemas coyunturales es la escogencia del tópico a estudiar. Pues las individualidades entrecruzadas en los individuos forman una raíz difícil de ver y desenredar y el resultado del estudio termina siendo determinado también por las diferentes variables que afectan al investigador como individuo.
La genealogía no es una especie de evolución. La genealogía "es percibir los accidentes, las desviaciones ínfimas, los errores, los fallos de apreciación los malos cálculos que han producido aquello que existe y es válido para nosotros"[3]. Es por tanto susceptible de ser analizada metodológicamente. Tampoco es un despliegue meta histórico de la significación. Las pretensiones de la historia tradicional bajo este enfoque analítico se convierten en paradigmas. La certidumbre y el universalismo se convierten en una cuestión de grados y en un problema de relatividad y dependencia de la relatividad. La búsqueda de finalidad de la historia se convierte en una falacia.
En este sentido según Cerroni la labor del filólogo se compara con la del restaurador que recompone el pasado con sus más representativos matices para que no se desdibujen en muecas irreconocibles los ecos del pasado.
Según Foucault, "el demagogo está conducido a la negación del cuerpo con el fin de establecer la soberanía de la idea intemporal; el historiador está conducido a borrar su propia individualidad para que los otros entren en escena y puedan tomar la palabra"[4]. El problema radica en que la evolución de la Ciencia Política se traduce en la evolución de la interpretación de los analistas que han intentado abordarla. Esta fue una de las principales tesis defendidas por la labor de la historiografía contemporánea, de moda en los 60's[5].
Según David Easton existen tres tiempos de la Biografía de la Ciencia Política: El primero corresponde a la Ciencia política inserta en la filosofía. El segundo a la ciencia política como ciudadela a la defensiva de otras disciplinas. El tercero la búsqueda de una nueva relación de la Ciencia política con el mundo circundante. A cada uno de estos tiempos corresponde una explicación en donde el primer tiempo fue común a toda ciencia, el segundo se instauró "A fin de establecerse como ciencia autónoma" y el tercero corresponde a una etapa crítica en donde existe una crisis de crecimiento y adecuación al entorno.
Intentemos una metodología de estudio e investigación que permita comprender las ideas políticas y su historia, ver la historia como una actividad parcial y oblicua de individuos que van conformando la historia a partir de la interpretación ya no como una actividad con un fin, sino como una elaboración coyuntural de cuerpos y espacios.
[2] Ver Nietzsche Friedrich. Humano demasiado Humano, S3.
[3] Ver Foucault, Microfísica del Poder, Nietzsche, la genealogía, la historia.
[4] Ver Foucault, Microfísica del Poder, Nietzsche, la genealogía, la historia.
[5] Ver Bloch Marc, Introducción a la historia.
sábado, diciembre 10, 2005
LA GUERRA CONTRA LA DROGA.
La guerra contra las drogas es un fracaso, distrae energía inteligente que debería utilizarse en otros campos, se ha dejado descuidado el problema de la adicción, dilapida recursos y estimula procedimientos judiciales y penales típicos de estados policiacos. A ella le debemos más de el 50% de los presos de nuestras cárceles, copa el 70% del tiempo del aparato judicial y ocupa en una causa perdida a la mayoría de nuestros policías en una enfermedad sin remedio a corto o a largo plazo.
Tal como es imposible prohibir el suicidio (y esta es una forma de suicidio a largo plazo) se debe evaluar la eficacia legal de esta prohibición. Es una interdicción impracticable que convierte la ley en un pedazo de papel. La guerra contra la droga es inoperante y no arroja resultados realmente positivos. Las personas se quejan no por el uso de drogas ilegales sino por el abuso de estas. ¿Cuantos usuarios mueren a causa de ella? ¿Cuántos mueren alrededor del problema del tráfico? Más gente muere por la guerra contra las drogas que por sobredosis.
Si el propósito de esta guerra era crear una de las tasas de delincuencia más altas en el mundo, lo logró. Si se trataba de suministrar pretexto permanente a los demagogos para declamar contra el crimen y prometer que van a hacer algo al respecto, esta guerra lo sigue logrando.
La Ilegalidad y la Prohibición
*Propician la corrupción de funcionarios que aplican la ley
*Convierte el hecho en un desastre para la sociedad, consumidora o no.
*Es un proceso costoso en términos económicos
*Aumenta el precio de los alcaloides.
*Hace el negocio altamente peligroso y por cuenta de los riesgos que esta actividad conlleva, termina en manos de organizaciones criminales de alta infiltración en lo político y lo económico.
*Crea mayor y mejor estructura criminal.
*Aumenta las ganancias del negocio.
El problema es un problema de demanda (consumo), pero es un problema de demanda que debe de operar a través de canales ilegales. La ilegalidad aumenta las utilidades que luego servirán para financiar las tácticas criminales. La ilegalidad monopoliza los esfuerzos de la ley descuidando otros delitos. Las drogas son una tragedia para los adictos, pero criminalizar su uso es convertirla en un desastre para la sociedad en general. (Apartes tomados de una conferencia de Milton Friedman, Nobel y M.I.T.).