domingo, septiembre 28, 2008

DESARROLLO… CLARO QUE SÍ, PERO… PARA QUIÉNES???

Por Jairo E. Oviedo
Director sede Nororiente de PARCOMUN

Recientemente la prensa local de la ciudad de Cúcuta ha hecho referencia a la construcción de puentes viales en la ciudad –eufemísticamente llamados “megaproyectos”- y su defectuosa planeación y diseño, a propósito de una (válida pero tardía) auditoría de seguridad efectuada por el Fondo de Prevención Vial.

La nota de prensa (Publicada en el periódico “La Opinión” el 3 de septiembre de 2008) es contundente cuando afirma “La prioridad sobre la vía tiene que ser la vida”…. “quedó evidenciado que la prioridad a la hora de la planeación y ejecución de las obras fue dar solución a los conflictos vehiculares y el peatón quedó relegado a un segundo plano”. Esta es una realidad de a puño que deben experimentar en carne propia por ejemplo, los peatones que deben cruzar arriesgando su vida bajo el nuevo puente vehicular de San Mateo, para cuya construcción entre otras cosas fue derribado un puente peatonal que conectaba dos conocidos centros comerciales existentes en el sector.

Este es apenas un ejemplo para llamar a la reflexión acerca del desarrollo y sus implicaciones. La construcción de obras de infraestructura es necesaria para potenciar las posibilidades dentro de un territorio. Ello es innegable. No obstante, cuando estas obras no tienen un criterio equitativo, dando prioridad a la población más vulnerable (que entre otras cosas es siempre mayoría), se convierten en monumentos a la inequidad social y al ensanchamiento de las brechas que son causa de conflictos sociales.

Es saludable que en Cúcuta existan puentes viales que agilicen el tránsito vehicular, pero es absolutamente irresponsable que dichos puentes no incluyan opciones para quienes transitan a pié; es gratificante la construcción de un estadio para más de 35 mil espectadores, pero no se compadece con una visión de desarrollo si no existen canchas adecuadas en los barrios de la ciudad para la práctica del deporte; es positivo que existan centros comerciales; aunque habría que preguntarse cuáles son las posibilidades reales de sectores mayoritarios de la ciudad para acceder a ellos.

La inclusión tiene que ser un principio fundamental para la planeación, diseño y ejecución de obras de infraestructura de carácter público. Un buen ejemplo de ello es uno de los tantos casos que pueden verse en ciudades como Medellín: Cuando se viaja en Metrocable –un sistema de transporte masivo incluyente, teniendo en cuenta que beneficia a sectores populares- y se llega a la estación más alta, en un barrio muy populoso de la capital de la montaña, es posible encontrar una construcción inmensa que sobresale por sus dimensiones: Es una biblioteca construida con el apoyo del gobierno de España, con todas las características de las mejores locaciones de su género en el continente. Allí niños, niñas y jóvenes de estratos 1 y 2 acuden para complementar su formación y acceder al conocimiento. Ese es el tipo de desarrollo incluyente al cual nos referimos.

domingo, septiembre 14, 2008

Nivel de pobreza por ingresos

Un dato que no existe


Por César Caballero de Cifras & Conceptos S.A.
Publicado originalmente en Portafolio, La Patria y El Universal.


Para la mayoría de la sociedad y sus actuales dirigentes no es un dato relevante. De hecho siguen pasando los días, las semanas, los meses y los años sin que podamos contar con él y a nadie, o mejor a muy pocos, parece preocuparles. Salvo un grupo muy pequeño de técnicos del Estado y algunos académicos y columnistas, el resto de la sociedad colombiana puede vivir, de hecho lo hace, sin notar su ausencia.

Estoy mal acostumbrado. Durante toda mi vida profesional, siempre supe que existía, cuando lo requería había un lugar público donde consultarlo y en más de una ocasión me entretuve tratando de entender de dónde salía y cómo se calculaba. Desde 1978 Colombia contó con ese dato, de forma anual en una serie que mucho nos dice sobre nuestros logros y retos como sociedad. Más adelante se generó para algunas regiones y desde el 2000 se pudo obtener desagregaciones para la mayor parte de los departamentos. Si bien he llegado a lamentarme de su sesgo urbano y falta de cobertura en otros territorios, hoy añoro poderlo consultar. Pero no existe.

Un grupo de personas tomaron decisiones, apresuradas en el mejor de los casos, que hoy nos privan de su existencia. Les dió por cambiar, de manera repentina y sin contarle a nadie, el instrumento con el cual se recogía la información primaria. ¡Nadie puede negarse a las mejoras informáticas y los ahorros de papel! dijeron. También cambiaron el orden de algunas preguntas en un formulario, que a su juicio era obsoleto.

Se olvidaron que otras personas, durante cuatro años revisaron ese formulario, le hicieron pruebas piloto, lo anunciaron y discutieron en seminarios técnicos y académicos y además, tuvieron la prudencia de, por todo un año, realizar el levantamiento de la información primaria con los dos instrumentos. Luego, ambas bases de datos fueron puestas a consideración del escrutinio de quien quisiera analizarlas.

Aquí no lo hicieron así. Todo lo contrario, procedieron en secreto, con sigilo. Una vez cuestionados no dieron explicaciones sino que atacaron a quienes levantaban la mano y señalaron sus motivaciones como torcidas y malintencionadas. Además, dejaron de entregar las fuentes primarias que permitían hacer el cálculo, de tal forma que sólo un pequeño grupo de iluminados, de forma secreta y poco transparente pudieran obtenerlo. La estrategia duró poco, y pronto, la tozudez de los datos los dejó en evidencia. Así que al final, como quien no quiere la cosa tuvieron que reconocer el error. Tranquilos, dijeron, de ahora en adelante lo corregiremos. Volveremos a aplicar el antiguo instrumento y el nuevo durante un año para ver que pasó y tener un dato más sólido. Pasa el tiempo y seguimos sin respuestas.

La última vez que fue calculado de forma oficial, más no pública, fue junio del 2006. Hoy en septiembre de 2008, no sabemos qué pasa. A unos pocos nos preocupa, y mucho, porque se trata de entender la situación de gente de carne y hueso, que en la vida real requieren de buenas decisiones de política. Pero claro, en el cataclismo político en que vivimos, eso no importa. El dato del que trata esta columna es el nivel de pobreza por ingresos.

jueves, septiembre 04, 2008

Logica ilogica






















Ejemplo de la logica ilogica...